Hermés
Noe rasgó con suavidad el elegante
papel de regalo y sintió el ligero roce de la insinuación. Era un pañuelo
"Hermés" en twill de seda, con su dobladillo hecho a mano. El hilo de
seda presentaba un urdido en diagonal. La seda natural, daba al tejido un toque
brillante, suave, liviano, flexible y sólido a la vez. Tenía un precioso
estampado y su elegante combinación de colores claros, convertían aquella
prenda en una pieza delicada, perfecta para cualquier situación, pero sin duda
ideal para una noche de sensaciones íntimas.
Percibió por un instante la
sensación de su tacto y la fragancia íntima que desprendía le insinuó la idea
de ocultar en él su mirada.
Leyó la nota oculta del sobre en
el que aparecía escrito en tinta azul, su nombre.
“Tus ojos no podrán
mirar, pero tus sentidos verán las sombras de la lujuria y sentirás la
atracción de los cuerpos, el deseo desordenado e incontrolable de compartir tu
pasión.
No me verás, pero me
sentirás en ella.”
Suite
Torreón. A las 24 horas.
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