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viernes, 11 de noviembre de 2016

En ocasiones las sorpresas nos llegan a pares: Ortodoxia

En ocasiones las sorpresas nos llegan a pares: Ortodoxia

Si ya en su día fue una sorpresa el adentrarse en los sueños de inmortalidad dibujados en gráciles líneas sobre los cielos de Paris y sobre los que su autor derramó una inimaginable sustancia, resulta que leo, desde las tierras lejanas en las que disfruto con mi voluntario destierro, que ha nacido Ortodoxia. ¿Quizás una nueva idea sobre la ὀρθοδοξία de lo correcto y la verdad verdadera? o quizás ¿la  orthodoxĭa latina de doctrinas y dogmas?.  Me pica la curiosidad.

He de reconocer que me despista la "Pseudotriton Ruber" de la que su autor hace bandera. Quizás la memoria me falle y hierre al afirmar su origen endémico en las Américas, lejos pues de las Compostelanas tierras y caminos a los que el autor confiere un interesante marco ... Sea lo que sea, no creo que apueste por dejar de leer esta nueva propuesta y dejaré seducirme nuevamente por quien, al parecer, ha dejado de ser novel para, engendrar una nueva aventura.

Pero decía que la sorpresa era doble y no en vano, pues con asombro descubro aquella reseña que hoy, junto a la de un diario que no osaré mentar, aparece de cabecera en la sencilla pero amable cubierta de un libro que, créanme si les digo, no dejaré de leer, más si cabe, por congratularme de la apuesta del autor, o eso parece, de abandonar aquel Planeta y por apostar por el independiente placer de Carena. A buen seguro que algunas, me entenderán. Una, con los años, aprende y se hace sabia.

Y dicho lo dicho o escrito lo escrito, permítanme que me vuelva al anonimato. Hoy en Vancouver ... hace frio, pero en el Capilano, se me antoja divertido.

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